miércoles, 20 de mayo de 2009

EL CÓDIGO GENÉTICO: ¿UN OBSTÁCULO PARA NUESTROS SUEÑOS?










El hombre a través de los tiempos ha tratado de mejorar la creación de Dios empezando por crear medios mecánicos para obtener una mejor calidad de vida como los medios de transporte, de comunicación y la transformación de su entorno para aprovecharlo al máximo en beneficio propio. En las últimas décadas no sólo se ha dedicado a transformar las condiciones del medio en el que se desenvuelve, sino a transformarse a sí mismo para lograrla perfección tan anhelada y adaptarse a las nuevas exigencias del mundo que lo obligan a ser más competitivo y productivo.






En alusión a este tema, la película GATTACA nos muestra un futuro no muy lejano en el que la carrera hacia la perfección de la especie está aniquilando algo tan hermoso como es concebir a los hijos por amor o de la forma “tradicional”. Una era en la que la ingeniería genética ha evolucionado hasta tal punto que engendrar “hijos de Dios”, niños sin ningún tipo de manipulación genética, es algo atrasado, pasado de moda, contraproducente, razón por la cual ya no nacen muchos niños de esta forma. En ella , la mayoría son bebés a la carta, los padres pueden elegir los rasgos físicos de sus hijos, evitar las enfermedades hereditarias y hasta influir en sus rasgos psicológicos como la ausencia de un carácter violento o con tendencias depresivas. Eso sí, como en una buena sociedad capitalista, sólo los padres con cierta capacidad económica podrán contratar estos servicios. La deshumanización está presente desde el momento de la concepción.



Esto desemboca en un mundo elitista, donde una entrevista de trabajo puede consistir en una simple prueba de ADN. Si tienes la capacidad genética que responda alas necesidades de la sociedad en la cual te desenvuelves, podrías ser uno de los elegidos para ocupar altos cargos en ella. No existen discriminaciones según la raza, la nacionalidad, el sexo, la religión, la posición social o la económica, ahora con una sola muestra de tu cabello se podrá determinar tu inferioridad o superioridad frente a las demás personas, reduciéndose todo al código genético. Además se cree que los genes son el pasaporte al éxito. Destrozando el principio de la igualdad de oportunidades y de la consecución de las metas a través de los méritos personales, la sociedad bombardea con el mensaje de que unos genes excelentes son la única garantía para cosechar el éxito en todas las esferas.Esto nos lleva a cuestionarnos: ¿Dónde quedan los límites de la ética, dónde queda el derecho a la vida y al libre albedrío, dónde queda esa dignidad fundamental que la naturaleza nos otorga a través de sus leyes cargadas de sabiduría?

Las personas somos acontecimientos únicos e irrepetibles. Los genes guían , pero no definen nuestro destino,porque tanto física como psíquicamente somos el resultado de una suma en la que genes y ambiente se reparten protagonismo, pero los genes no pueden cambiarse, el ambiente si. Nosotros somos los únicos que podemos transformar nuestra vida , porque podemos tener todas las capacidades pero sino tenemos espíritu de lucha y perseverancia jamás lograremos alcanzar los sueños y metas que nos propongamos.

Esto es un grito a la igualdad de oportunidades, a la crítica de cierto exceso tecnológico en nuestras vidas, y en contra de la búsqueda de la perfección absoluta……Un poco de humanidad no nos cae nada mal.

jueves, 7 de mayo de 2009

INTERIORIZANDO EL TEXTO: LA MICROESTRUCTURA


El anterior mapa conceptual nos ilustra sobre la Microestructura textual del discurso propuesta por Maria Cristina Martínez Solís, teniendo en cuenta sus relaciones léxicas(Reiteración y coocurrencia) y relaciones referenciales(Sustitución y reiteración), los cuales son importantes para logara la verdaera comprensión de un texto.Además, esta se considera como la estructura que forma parte de las oraciones y párrafos que integran un texto a través de mecanismos de cohesión, establecen relaciones intratextuales y se convierten en una guía para que el lector pueda inferir los significados presentes en el texto.